Lo de Ramos en Arafo es considerado como un sitio histórico por el Decreto 237/2008 de 9 de Diciembre por la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.
El Sitio Histórico de Lo de Ramos se localiza en un sector de las medianías de la ladera del Valle de Güímar, a unos 650 m.s.n.m. en la zona conocida como Costilla, y a 1,2 km del centro de la Villa de Arafo. Al lugar se accede por dos caminos, el de Sevilla -que nace en el Camino de Galván y éste a su vez en el casco urbano de Arafo- y el de Las Cuestas, en tan mal estado de conservación que resulta imposible acceder por él desde el pueblo hasta la antigua hacienda.
La ladera donde se ubica el Sitio Histórico está conformada por una rampa de materiales basálticos de la Serie III, muy alterados por la roturación secular del espacio mediante la construcción de bancales, que permitieron la retención de una capa de suelo fértil. No obstante, uno de los ramales lávicos emitidos por el Volcán de las Arenas en 1705 discurre por el entorno inmediato del conjunto, hasta el punto de que gran parte de las estructuras murarias y de las construcciones que lo integran están fabricadas con bloques basálticos de mediano tamaño extraídos de la citada colada.
La vegetación dominante en todo este ámbito se ha visto transformada por los usos agrícolas y ganaderos que de forma prolongada se han desarrollado históricamente en la zona. Aparecen algunos frutales dispersos (almendros, higueras y algún castaño y cítrico aislado), así como numerosos nopales, implantados a mediados del siglo XIX con la eclosión de su cultivo orientado a la producción de cochinilla o grana y que han pervivido de forma asilvestrada. Bajo estas condiciones, las comunidades vegetales dominantes poseen un carácter ruderal o serial, con especies como la vinagrera (Rumex lunaria), algunas tabaibas amargas (Euphorbia obtusifolia), bejeques y otras especies arbustivas y herbáceas que evolucionan hacia su fase climácica. En la colada próxima aparecen ejemplares de pino canario de repoblación.
El conjunto arquitectónico y etnográfico se encuentra en bastante mal estado de conservación y no resulta sencillo determinar los distintos módulos y unidades constructivas que lo integran. Consta de una edificación principal -la antigua alquería o hacienda-, de morfología rectangular en la que parece distinguirse un pequeño recinto cuadrado, correspondiente a una capilla; la vivienda principal y otro espacio de mayores dimensiones, quizá utilizado como bodega y/o establo. Esta edificación estaría bordeada en dos de sus lados por un corredor abierto de estructura lígnea y cubierto por un volado de la misma naturaleza y del que apenas quedan vestigios, sostenido con columnas de madera.
Los escasos muros conservados están realizados en mampostería y en la parte correspondiente a la vivienda principal aparecen enjalbegados e, incluso, pintados. Hacia el norte existen indicios de otras construcciones más pequeñas, realizadas en piedra seca y, posiblemente, destinadas a lagar o a goros, establos, corrales o dependencias auxiliares imprecisas. Por último, el conjunto se completa con un gran estanque cuadrado -actualmente al aire libre- y de una pequeña tanquilla adosada. No es descartable que originariamente ambos estuvieran cubiertos. En el extremo norte del conjunto existen tres hornos de pan (o destinados a secar higos) restaurados en fechas recientes, desconociéndose su morfología original, aunque existe constancia de que otros dos desaparecieron hace pocos años.
Por último, y siguiendo el primer tramo del Camino de las Cuestas en dirección a Arafo, a escasos 50 m se localiza un calvario en el que, a las tres viejas cruces se les han añadido otras tres nuevas, acondicionando la base mediante un amontonamiento ortogonal de bloques basálticos.
A pesar de que constituyen un añadido actual, dentro de la descripción de este conjunto no se puede obviar los nuevos elementos introducidos como consecuencia de la restauración a la que ha sido sometido en los últimos tres años: una capilla reciente de estética dudosa, frente a la que se extiende un área recreativa con fogones, mesas y bancos, todo ello cubierto con picón.
Asimismo, se ha empedrado el espacio entre la capilla y el estanque, que queda protegido -como la totalidad del área recreativa- por un rústico balaustre en madera.