La Casa Iriarte del Puerto de la Cruz es considerada como un sitio histórico por el Decreto 44/2009 de 21 de Abril por la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.
La Casa Iriarte ocupa el sur de una manzana formada por las calles Benjamín J. Miranda, San Juan, Iriarte y Agustín de Bethencourt, haciendo fachada a las tres últimas.
La planta sugiere un rectángulo inconcluso. Conforman esta figura un cuerpo cuadrangular -el principal de la casa- y otros dos a manera de apéndice o prolongación: uno rectilíneo y otro, que tiende a cerrar la figura, en forma de L invertida. La casa tiene, por tanto, dos patios: uno cerrado y otro de tres lados.
La fachada principal, en la calle San Juan, mira hacia el poniente.
En la planta baja, el portón principal ha sido sustituido por una verja metálica; a ambos lados de la entrada hallamos dos puertas con luceros en la parte superior.
En el centro de la primera planta hallamos un balcón cubierto. Posee una base de canes dobles con viga transversal; el antepecho tiene la parte inferior dividida en recuadros y la superior con balaustres torneados. En la tribuna, sobre los soportes delanteros, destacan unas zapatas cruzadas que siguen las líneas de intersección del entablamento. Sobre los soportes traseros encontramos, como es habitual, medias zapatas. El tejadillo, revestido de teja árabe, es de tres vertientes.
Esta planta cuenta con tres ventanas (dos a la derecha del balcón y una a la izquierda) y dos ventanucos (uno a cada lado del balcón). Las ventanas rectangulares y con antepecho tienen hojas de dos batientes, acristaladas y de guillotina, y contraventanas de madera para velar los cristales.
Hacia la derecha de la fachada se levanta, en la parte superior, un granero o sobrado.
La esquina de la fachada (San Juan con Iriarte) es de cantería.
En la calle Iriarte apreciamos, tanto la longitud -realmente notable- del inmueble, como el desnivel que salva el alzado lateral.
Desde la trasera, en que partimos de una sola planta, la casa va ganando altura conforme avanzamos -las calles A. de Bethencourt e Iriarte han sido rebajadas y el desnivel no parece hoy tan evidente como lo fuera antes; sin embargo, una de las dependencias anejas, al cabo del patio trasero, tiene puerta hacia esta calle. La puerta está a más de un metro y medio de altura- el granero, que corre desde la mitad de la fachada, acaba dotándola de una tercera planta.
En la planta baja se abren seis vanos (cinco puertas y un escaparate). Las puertas, de dos batientes con lucero, son como las que en otro tiempo figuraran en la fachada principal.
En la primera planta destaca un balcón prácticamente idéntico al de la calle San Juan, con la salvedad de que éste no posee vigas en la base. Las ventanas, en número de seis, no están alineadas en altura; son del mismo tipo que las de la fachada principal.
Las ventanas del granero tienen antepecho liso, de tablones, y cristaleras de seis con «tapaluces» por la cara interna.
No bien entramos al patio, luego de atravesar un zaguán que se halla a media altura entre éste y la calle, damos con el comedor y con los pies que soportan la galería superior. Los soportes tienen el plinto y un tercio de la base (cuadrada) de piedra. Los fustes son octogonales; encima hallamos un cuerpo cúbico, a modo de cimacio, y las zapatas, cóncavo-convexas y con incisiones simulando volutas.
La galería superior ha sido cubierta -acristalada en tres tramos y tapiada en uno-, aunque conserva el antepecho y los soportes originales, que imitan, a menor escala, los del comedor inferior.
El alero del patio es de madera, sujeto por pequeños canes. En una de las esquinas se conserva una gárgola de madera tallada.
Una grada eleva la crujía posterior sobre las otras tres. El tránsito que comunica, bajo esta crujía, el patio principal con el traspatio, tiene escaleras en ambos extremos.
La escalera de acceso a la planta de vivienda se halla a la izquierda del zaguán, en el comedor. Ésta es de dos tramos con descansillo. El primer peldaño es de solería; el resto de madera.
El salón principal corresponde a la primera planta de la fachada. Tiene artesonado de par e hilera, de cuatro faldones recubiertos con tapas de forro.
Las estancias de esta planta padecieron alguna que otra modificación de tabiquería cuando se instaló el Museo Naval.

