El Casco Histórico de San Cristóbal de La Laguna es considerado como conjunto histórico por el Decreto 602/1985 de 20 de diciembre por la Consejería de Cultura y Deportes.
La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. San Cristóbal de La Laguna nació como tal tras las conquista de la isla en 1496.
Se extiende sobre una llanura, en la que se desarrolló la denominada batalla de La Laguna, muy importante en el proceso de la conquista. Su nombre procede de las coladas que corrieron cual riadas por el cauce de un barranco del Macizo de Anaga, dejando a su paso esa ?laguna?. Esta ciudad se convirtió en el único ayuntamiento o cabildo de la isla de Tenerife, tras la conquista encabezada por Alonso Fernández de Lugo.
La ciudad se construyó en unos veinte años. En la primera década se levantaron la famosa Plaza del Adelantado, la calle de Nava y el primer tramo de la Carrera. Además, en su seno histórico conserva numerosos edificios del Antiguo Régimen. Grandes mansiones que destacan por su grandiosidad y en muchas de ellas sobresalen las labores de cantería.
Junto a las Casas Consistoriales se sitúa la del Corregidor. Se construyó en 1540, aunque lo único que ha sobrevivido de su primitiva fábrica es la portada de cantería colorada. Se distribuye en dos cuerpos rematados por un gran alfiz.
El Ayuntamiento es otro de los edificios destacados del casco histórico de esta urbe. Su portada fue reformada en 1822, momento en el que se le añadió un nuevo frontispicio de cantería azul. Esta fachada cuenta con un pórtico de cinco arcos en la planta inferior.
Enfrente del Ayuntamiento se sitúa la Plaza del Adelantado, constituyendo en su época la plaza principal de la ciudad. El motivo es que el propio conquistador no tardó en trasladar su residencia y el centro administrativo a esta zona (que formaba parte de la llamada ?Villa de Abajo?). Al principio recibía el nombre de plaza de San Miguel, por la ermita que se construyó en ella. Lo más llamativo de esta tranquila zona es su hermosa fuente, encargada en 1868 a Marsella. Está revestida de mármol y compuesta por tazas y columnitas. El conjunto está rematado por un jarrón.
Y no podíamos olvidar el histórico Convento de Santa Catalina, edificado en torno al año 1607 sobre lo que en su día fueron las casas del Adelantado.
Es uno de los pocos monasterios femeninos que se conservan en las islas, además de mantener la clausura hasta la actualidad. Este edificio está ligado a varias leyendas, entre ellas la de la religiosa sauzalera María de Jesús Delgado (1643 ? 1731). Fue una de las monjas más destacadas y cuya fama se relaciona con su condición de incorrupta. Precisamente, cada año miles de personas se acercan a este convento para visitarla.
En cuanto a su estructura, la iglesia es de una sola nave y posee un claustro principal con columnas de piedra en su planta baja y soportes de madera en la parte superior.
En su exterior destacan los altos muros característicos de este tipo de edificios y los dos elegantes ajimeces o miradores. Son balcones con celosías de madera, que recuerdan al típico balcón canario.