Portada » Iglesia Parroquial de San Francisco

Iglesia Parroquial de San Francisco

La Iglesia Parroquial de San Francisco de Santa Cruz de Tenerife es considerada como un monumento por el Decreto 30/1986 de 7 de Febrero por la Consejería de Cultura y Deportes.

La Iglesia de San Francisco constituye el templo conventual del convento franciscano de San Pedro Alcántara, fundado hacia 1680. Es un inmueble de planta rectangular dividido en tres naves por arcos rebajados apeados sobre robustas columnas en toba roja que descansan sobre basamentos cuadrados, con collarines en el extremo superior del fuste. Las naves aparecen cubiertas por artesonados de par y nudillo, localizándose ventanales rectangulares enmarcados en toba roja en el tracto superior de la nave central.

La fachada traduce la división en naves y se compone de un cuerpo central y dos laterales, ubicándose en el primero el acceso principal definido por un arco de medio punto enmarcado por columnas salomónicas que soportan el arranque de un frontón truncado y coronado por una hornacina con la imagen del patrono, sobre la que se ubica un óculo. En cada uno de los cuerpos laterales se ubican sendas portadas de medio punto en cantería y un hueco de iluminación de las mismas características, alineado sobre el eje vertical. La fachada es rematada por una cornisa pétrea festoneada que recorre los tres cuerpos. De la segunda mitad del siglo XVIII es su espléndida torre de tres plantas, con arcos de medio punto en la baja que continúan como ventanas en la siguiente. Su templete, con columnas exentas, forma arquería ochavada sobre zócalo cuadrado y se remata mediante cúpula.

En el interior destaca el retablo mayor, finalizado en 1733 y dorado entre 1736 y 1739, de un solo cuerpo y tres calles, con hornacinas y ático, con estípite atlante y con calles definidas por columnas salomónicas. Sorprende por la adición de dos medallones con bajorrelieves de San José y San Antonio de Padua y el monumental grupo de la Anunciación. Lo preside la imagen de vestir de la Concepción del orotavense Nicolás Perdigón Oramas. La capilla mayor está cubierta con un artesonado de gusto portugués que le permite desplegar un programa iconográfico con la Coronación de la Virgen por la Trinidad en mitad de la gloria de los santos Contribuyen a remarcar su significado eucarístico las pinturas murales al fresco en grisalla atribuidas a Carlos Acosta que adornan los costados del presbiterio representando diferentes momentos bíblicos.

En la capilla del Evangelio destaca el retablo de Nuestra Señora del Retiro ejecutado entre 1751 y 1753, mientras que el colateral es de San Luis, fundación del mercader y cónsul de Francia Esteban Porlier. La capilla de San Buenaventura cuenta con un retablo dorado en 1740, mientras que el de San José, construido entre 1730 y 1733, presenta la particularidad de ser de un solo cuerpo. Cubre la puerta que comunicaba la iglesia con el antiguo claustro un retablo neorrenacentista en el que se encuentra el Cristo de la Buena Muerte del tránsito del XVII al XVIII.

Por encima de la iglesia se encuentra la capilla de la Venerable Orden Tercera franciscana, bajo la advocación del Señor del Huerto, imagen del XVIII atribuida a Rodríguez de la Oliva. Fue construida en 1763 en lo que hasta entonces eran las salas de juntas y de depósitos gracias al patrocinio de dos significativas familias de la burguesía comercial santacrucera, los Russell y los Forstall. En su retablo destaca el Señor de las Tribulaciones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio