El Molino de Gofio del Risco de las Pencas de San Juan de La Rambla es considerado como un sitio etnológico por el Decreto 413/2007 de 11 de Diciembre por la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes.
El Sitio Etnológico del Molino de Gofio del Risco de las Pencas se localiza en la ladera izquierda del Barranco de Ruiz, bajo un gran roque natural de morfología cilíndrica y muy cerca de la carretera general C-820, desde la que se accede a través de un sendero empedrado y, posteriormente, siguiendo un camino muy estrecho que coincide, en parte, con el trazado de una atarjea. La zona es conocida como Risco de las Pencas, debido a la existencia de numerosos nopales en algunos sectores de la ladera del barranco y del frente acantilado, implantados durante la eclosión de la cochinilla en el siglo XIX. También figura el topónimo Roque del Molino, debido a esta singular formación de naturaleza traquifonolítica en cuya base se ubica el conjunto etnográfico.
La vegetación dominante en todo este ámbito se ha visto transformada por los usos agrícolas y ganaderos que se han desarrollado históricamente en la zona. Junto a una vegetación natural de tabaibal-cardonal, en las que se incluyen algunas especies singulares, se alternan comunidades ruderales y de sustitución, palmeras, abundantes zarzas, así como varias especies higrófilas y algunos frutales asilvestrados (higueras, cítricos).
El conjunto etnográfico no se encuentra en muy buen estado de conservación y su acceso desde el sendero del Risco de las Pencas o la posibilidad de reconocer las distintas construcciones y elementos del molino resulta bastante complicado por la exuberante vegetación que lo rodea. Consta de dos edificaciones de planta rectangular, muros de bloques de toba rojiza y mampostería, con cubierta de tejas. La construcción principal, que acoge la maquinaria de molienda se caracteriza por una cubierta a cuatro aguas sobre un entramado de hibrones y listones. Un banco de mortero se adosa a la base de las paredes y el suelo está constituido por placas de la misma toba rojiza. En el interior y debido al derrumbe de la casi totalidad de la techumbre, no se pudo constatar la conservación de las grandes piedras de basalto poroso que se utilizaban en la molienda, aunque en 1997 se encontraban in situ.
Bajo este recinto principal se encuentra una cámara con entrada abovedada que albergaba la maquinaria del molino: una turbina de madera con palas, que se encaja en la piedra molinera situada en el piso superior y cuyo movimiento por la acción de la caída del agua propiciaba el movimiento giratorio de aquélla. El estado de conservación de este mecanismo hidráulico es bastante aceptable. Esta cámara conecta con un gran cilindro o «cubo» de mampostería, de unos 9 m de altura, por donde cae el agua y permite el funcionamiento del molino.
La edificación aneja, posiblemente destinada a vivienda del molinero, almacén o estancia para los usuarios del molino, carece de techumbre y consta de dos habitaciones, cuya técnica constructiva no difiere de la construcción principal.
El conjunto etnográfico se completa con una infraestructura hidráulica constituida por atarjeas, canalizaciones y un estanque principal rectangular, en el que se acumulaba el agua utilizada en el molino. Asimismo, existe un sistema de arquetas de distribución y otras canalizaciones cuya finalidad se vincula a la distribución y reconducción del agua no utilizada o la que seguía fluyendo una vez había pasado por el «cubo» del molino.
En el camino de acceso al conjunto etnográfico existen tres cuevas artificiales, que han conocido diferentes usos, sin que se pueda determinar su conexión funcional con el molino, mientras que en el exterior de éste aparecen parapetos y bancos de mampostería utilizados como zona de descanso. A cierta distancia existen indicios de manantiales y canalizaciones que proveerían del agua necesaria para mover la maquinaria.

