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La Casa de los Guzmanes

La Casa de los Guzmanes de El Tanque es considerado como un sitio etnológico por el Decreto 118/2014 de 12 de Diciembre por la Consejería de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda.

Situada en El Tanque Bajo, en el antiguo camino -hoy calle Andrés Miranda- que lo conectaba con El Tanque Alto, se conecta con esta vía a través de un camino empedrado relativamente bien conservado, que se ensancha a modo de patio frente a la fachada de la vivienda principal. La construcción aparece conformada por cinco cuerpos agrupados, que originan dos patios interiores al conjunto, además del espacio indicado frente a la fachada principal. Se completa con un cuerpo de cuadras y establos en el camino de acceso, en mal estado de conservación al haber perdido la cubierta.

El inmueble principal, distribuido en dos alturas, ofrece una planta rectangular en la que se individualizan dos módulos mediante sendas cubiertas de teja curva a cuatro aguas. Los muros son gruesos, de mampostería basáltica y mortero a base de tierra, arena y agua. Sobresale la masa de un amplio balcón corrido y cerrado con tablazón, apeado sobre canes que resultan de la prolongación de las vigas del piso de la planta exterior. Asimismo, se conservan los restos de una viga que une los extremos de los canes y dos pies derechos que sostienen el conjunto del balcón. Presumiblemente, esta viga recorrería el balcón en toda su longitud, debiendo existir más pies derechos, que a fecha de hoy han desaparecido. Una escalera exterior (destruida) con cubierta inclinada de tejas facilitaba el acceso desde el exterior al balcón y a la primera planta. Al igual que el balcón de la Casa de los Martelos (frente a la Iglesia de San Antonio de Padua), ofrece ventanas de corredera de doble hoja, en una tipología que cobró cierto auge en este ámbito de la isla. El alero es de madera con pequeños canes.

En planta baja se aprecian cinco huecos dispuestos asimétricamente, con tres puertas y dos ventanas de diferente tipología. La puerta y ventana del lado Este son de tablazón y de cristalera con antepecho macizo, respectivamente; mientras que las del Oeste, más recientes, son de cuarterones, con asiento de rinconera en la única ventana existente. Esta disimetría parece responder a una partición del inmueble, aunque no ha sido posible verificarlo históricamente. La crujía principal ofrece hacia el patio posterior y en planta alta dos ventanas de corredera macizas, con montante acristalado, así como una puerta de acceso a un balcón abierto, hoy desaparecido. Especial atención merece la cocina, dispuesta en un módulo independiente, aunque unido al cuerpo principal. Aun en mal estado, todavía son perceptibles los fogones, el horno, revestido de barro refractario, y varias alacenas.

El conjunto se completa con diversas dependencias, siendo difícil formar una imagen global del mismo dado el mal estado de alguno de los módulos y de la profusa vegetación que lo invade.

En definitiva, constituye una de las edificaciones más interesantes del municipio, como magnífico ejemplo de vivienda tradicional vinculada al agro; que, enclavada en el ápice de un pequeño montículo, domina y se integra al tiempo en el entorno.

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